Para hablar del evento, que se realizó este viernes en el Hotel Intercontinental, hay que empezar por el nombre porque de todo, era lo más pretencioso.
La marca es propiedad de Evenpro, que la ha usado en otros países de Latinoamérica. Llamarle “cumbre” a una conferencia que reúne a solo dos expositores, presentados con credenciales -cuando menos- infladas, es una desfachatez.
Es cierto: cobra un poco de sentido cuando la Presidenta de la República le da pelota a un conferencista de segundo nivel, pero a eso ya nos estamos acostumbrando.
Presentar a Dom Sagolla y a Dave Morin como “gurús” es mentir. Y la afirmación es particularmente cierta en el caso del primero.
Al menos en Costa Rica los patrocinadores tuvieron la decencia de matizar las biografías de los señores y encaramarles títulos como “co-inventor”, en Venezuela a Dom Sagolla se les presentó como “creador de Twitter”, sin más.
Así, un developer (que seguramente será muy talentoso) que tuvo la suerte de estar en la misma sala en la que se comenzó a pelotear la idea de lo que un día sería Twitter, viaja por el tercer mundo hablando generalidades y vendiendo libros.
Un evento sobre tecnología (sin importar a quién esté dirigido) sin conexión wi-fi abierta para los asistentes, sin regletas o puntos de recarga para dispositivos electrónicos, simplemente no se puede tomar en serio. ¿Qué clase de evento sobre redes sociales, desprecia y desaprovecha por completo el valor agregado del backchannel que se genera en línea? ¡Cómo es posible semejante contrasentido! Un evento en el que se repite “dos punto cero“ 16 veces por minuto, pero las preguntas se reciben… ¡en papelitos! ¿Facebook? ¿Twitter? ¿SMS? ¿Formspring? ¿Google apps? ¿Algo? ¿Alguien?
¿Del futuro?
En julio de 2008, Twitter reseñó por primera vez, en un post titulado “Twitter como cable de noticias”, lo que se venía como una bola de nieve: la herramienta, en manos de la gente, estaba siendo usada como una nueva plataforma para la comunicación en tiempo real.
Lo ilustraba con el caso de un pequeño temblor en California. Los primeros reportes por medio de Twitter se publicaron casi 3 minutos antes que el primer “avance informativo” por televisión, y 8 minutos antes que el primer “cable” de una agencia noticiosa.
Sobre el enorme potencial de Twitter y sus usos corporativos, se hablaba ya desde 2007.
Solo unas semanas después del incidente en California, otro temblor activaba la misma dinámica en Costa Rica. Era noviembre de 2008, y todavía ningún medio de comunicación tradicional costarricense estaba en Twitter, la frase que usamos aquí para recordar esa ausencia fue a dar a uno de los blogs más leídos de la web hispanohablante.
Fue hasta el 8 de enero 2009, tras el terremoto de Cinchona, que La Nación y otros medios, superados por la tendencia, dieron el paso hacia las redes sociales. De estos temas -claro está- no se puede hablar en futuro. Son pasado.
Por eso me resultó una enorme curiosidad de este evento el que Nacion.com lo haya aprovechado para presentarse como el medio innovador que no ha sido.
¿Se puede sentir adalid de las redes sociales un medio que las adoptó, y reconoció su potencial, hace apenas más de un año? Recordemos que Nacion.com incorporó blogs en junio de 2008, la gran mayoría de periódicos influyentes lo hizo desde mediados de 2005. El sitio, que es el más visitado de Costa Rica, se abrió al nivel más básico de interacción: los comentarios, hace… ¡4 meses! Por supuesto que estos datos no se mencionaron.
Es precisamente por eso que el caso de Twitter es un ejemplo tan poderoso de la evolución de las nuevas plataformas de comunicación, y de socialización del consumo de información: porque la innovación la lidera la gente, y no precisamente los medios de comunicación. Es por eso, también, que no puede presentarse como innovador, quien no ha hecho otra cosa más que adaptarse.
A mucha gente le escuché decir este viernes que quienes ya somos usuarios asiduos de las herramientas de social media, o trabajamos en la web “no éramos el público meta” de este evento, y que es por esa razón que resultamos absolutamente insatisfechos con una jornada en la que no se aportó nada que no se pueda leer online.
La afirmación es parcialmente cierta, pero eso no hace a la conferencia menos obsoleta.
¿Cómo puede ser que sigamos, a estas alturas de 2010, repitiendo como “novedad” que las empresas tienen que volver a ver a la web, que “los social media permiten conversaciones con los clientes”, y que “la red se trata de las personas”? ¡Por todos los demonios, el Cluetrain Manifesto se publicó por primera vez ya hace 11 años!
Va de nuevo: ¡11 años! Y nos vienen a repetir ese mismo telele para hablar ¿del futuro? ¡Hace falta seriedad!
¿Qué ganamos?
Indudablemente para mucha gente el evento resultó motivador, eso es excelente. Si muchos de los presentes que se acercaban por primera vez a esta temática, se enganchan con las siempre cambiantes tendencias de la comunicación online, habremos ganado todos; muy especialmente si comenzamos a ver esfuerzos más decididos por el mercadeo en línea, la exploración de nuevos medios, el fundamental ejercicio de la transparencia corporativa, el respeto por la opinión del cliente/usuario, y cómo no: una mayor inversión en publicidad en la web, un rubro que en Costa Rica sigue absolutamente rezagado.
Estoy seguro de que el impacto mediático del evento tampoco será despreciable. La fuerte promoción previa, y la cobertura posterior, despertarán el interés de muchas más personas, y legitiman el discurso -viejo, eso sí- de la urgente necesidad de abrazar cambios, ya no digamos para innovar, pero sí para estar.
|+| Actualizaré el post este sábado con una serie de “recomendaciones” para quienes asistieron y se interesaron por esta temática.
|+| El libro Cluetrain no solo no cuesta $300, sino que se puede leer gratis. Y no en papelito; online.
|+| Asistí a la “Cumbre del futuro” por una gentil invitación de Grupo Nación, patrocinador del evento.